El fútbol se convierte en la mayoría de las ocasiones en demostraciones de estados de ánimo y los jugadores dirigidos por Vicente del Bosque decidieron que, pese a que su cuerpo había viajado hasta Lisboa en la mañana del martes -la mente de unos y otros decidió cerrar por vacaciones o pensar en asuntos propios- nada tenían que ver con el duelo ibérico de la noche del miércoles. Unos debieron meditar sobre el 'Clásico' del lunes 29 de noviembre y otros sobre lo mucho que se juegan en próximos partidos, porque nunca aparecieron por el magnífico estadio del Benfica.
El resultado de esta diáspora mental no fue otra que una segunda derrota dolorosa en dos meses, más dolorosa que la de Argentina porque en esta ocasión no hay excusa alguna: ni 'jet-lag', ni viaje de doce horas de por medio. La exhibición de fuerza y derroche físico y mental de Portugal debe ser tenida muy en cuenta. Por momento, los dueños de la Roja perecieron ante las ganas y el empuje de los lusos, que llevaron a España convivir con el ridículo durante muchos minutos del partido. Y es que la campeona del mundo no puede perder por cuatro goles a cero con ningún rival. Y si lo de Buenos Aires se consideró un accidente, lo de Lisboa es para que el aviso sea tenido muy en cuenta.
Desde el primer minuto de juego se detectó la sideral distancia con la que unos y otros habían encarado el partido. Ronaldo, revolucionado como siempre, pero efectivo al máximo, se comió a Busquets, Piqué, Sergio Ramos y al que se le pusiera por delante. Sus gestos, que en ocasiones se acercan a la obscenidad, fueron efectivos y espectaculares por igual. Tenía sangre en el ojo como decía el gran Iván Zamorano cuando hablaba del cinco a cero sufrido por el Real Madrid en el Camp Nou y quería venganza. La buscó desde que pitó el colegiado y pese a que tardó en encontrarla, el madridista fue clave para que Portugal redujera a España a la mínima expresión.
El capitán luso, que terminó 'tocado' físicamente, pudo lograr uno de los goles de la temporada, pero su compañero Nani lo impidió, tocando el balón y distrayendo al asistente lo suficiente para pitar fuera de juego cuando el esférico ya había entrado. Gol mal anulado, pero con justificación. Lo que ya no se explica es la desmesurada reacción del madridista, que en un gesto de ira de niño pequeño, se quitó el brazalete de capitán, lo tiró al suelo y pataleó como un colegial. Lo que no se esperaba es que en el último minuto de la primera parte iba a ser decisivo para que Portugal se pusiera por delante en el marcador.
Tanto psicológico que hundió a España
El gol de Martins fue decisivo. España necesitaba un motivo para evadirse del choque y lo tuvo con el tanto que nació tras un buen invento de Ronaldo ante Busquets y que Casillas tan sólo acertó a despejar al centro del área, circunstancia que el jugador del Benfica aprovechó al máximo, demostrando estar despierto, mientras que el resto de la defensa española se encontraba en el limbo. Lo más preocupante es que esta actitud se repitió en la segunda parte, con defensa y portero perdidos ante las acometidas de Nani, Almeida, Postiga o el que vistiera de blanco.
Daba lo mismo el jugador que fuera, porque la zaga española estaba fuera del partido, sin rumbo. Cada aparición cerca del área de Casillas era medio gol y así fueron cayendo hasta los cuatro que al final reflejó el marcador. Mucho se habló de la derrota en Buenos Aires, pero ante Argentina España peleó hasta el final, tuvo ocasiones y el fútbol fue injusto porque la campeona del mundo no mereció encajar tantos goles. Pero ante Portugal la historia ha sido diferente. Hasta que se recibió el primer gol la selección de Del Bosque mantuvo el tipo.
Xavi e Iniesta la 'tocaron' en un par de ocasiones y hasta Silva tuvo la ocasión más clara de todo el partido, pero tras el primer tanto del equipo de Paulo Bento, la comunicación se cortó. España decidió que el partido había terminado. En la segunda parte, nuevo gol nada más empezar y a partir de ese instante, ligeras intentonas de Torres y Llorente, pero el peligro llegaba en las contras de los portugueses. En ningún momento España supo parar esos contragolpes, que se vio superada por velocidad desde el primer al último minuto. En el cuatro a uno recibido en el Monumental, Del Bosque fue atacado porque no tiró de titulares y decidió sacar un equipo mixto de habituales y no.
Ante Portugal, el seleccionador tiró del once campeón del mundo, el de la final con la excepción del 'tocado' Pedro. Los jugadores no tienen excusa alguna en la que disculpar la derrota y deberían hacer un ejercicio de reflexión y volver a tomarse los partidos de la selección como tantas veces dicen, pero que en las dos últimas ocasiones no han cumplido: 'Con España no hay amistosos que valga'. Mentira, al menos por lo visto en Buenos Aires y Lisboa. Y es que la selección que luce la estrella en el pecho no puede recibir once goles en los últimos cuatro partidos, con dos derrotas incluidas. Piensen y no olviden lo que ganaron en julio en Sudáfrica. Merece la pena.
Ficha técnica:
4 - Portugal: Eduardo (Rui Patricio, m.46); Joao Pereira, Ricardo Carvalho (Pepe, m.46), Bruno Alves, Bosingwa; Carlos Martins (Manuel Fernandes, m.63), Raúl Meireles, Joao Moutinho; Cristiano Ronaldo (Danny, m.46), Nani (Paulo Machado, m.88) y Helder Postiga (Hugo Almeida, m.76).
0 - España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué (Marchena, m.46), Puyol (Arbeloa, m.73), Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Llorente, m.58); Xavi (Cesc, m.46), Iniesta (Cazorla, m.58), Villa (Torres, m.46); y Silva.
Goles: 1-0, M.45: Carlos Martins. 2-0, M.23: Hélder Postiga. 3-0, M.68: Hélder Postiga. 4-0, M.94: Hugo Almeida.
Fuente: elconfidencial.com
El resultado de esta diáspora mental no fue otra que una segunda derrota dolorosa en dos meses, más dolorosa que la de Argentina porque en esta ocasión no hay excusa alguna: ni 'jet-lag', ni viaje de doce horas de por medio. La exhibición de fuerza y derroche físico y mental de Portugal debe ser tenida muy en cuenta. Por momento, los dueños de la Roja perecieron ante las ganas y el empuje de los lusos, que llevaron a España convivir con el ridículo durante muchos minutos del partido. Y es que la campeona del mundo no puede perder por cuatro goles a cero con ningún rival. Y si lo de Buenos Aires se consideró un accidente, lo de Lisboa es para que el aviso sea tenido muy en cuenta.
Desde el primer minuto de juego se detectó la sideral distancia con la que unos y otros habían encarado el partido. Ronaldo, revolucionado como siempre, pero efectivo al máximo, se comió a Busquets, Piqué, Sergio Ramos y al que se le pusiera por delante. Sus gestos, que en ocasiones se acercan a la obscenidad, fueron efectivos y espectaculares por igual. Tenía sangre en el ojo como decía el gran Iván Zamorano cuando hablaba del cinco a cero sufrido por el Real Madrid en el Camp Nou y quería venganza. La buscó desde que pitó el colegiado y pese a que tardó en encontrarla, el madridista fue clave para que Portugal redujera a España a la mínima expresión.
El capitán luso, que terminó 'tocado' físicamente, pudo lograr uno de los goles de la temporada, pero su compañero Nani lo impidió, tocando el balón y distrayendo al asistente lo suficiente para pitar fuera de juego cuando el esférico ya había entrado. Gol mal anulado, pero con justificación. Lo que ya no se explica es la desmesurada reacción del madridista, que en un gesto de ira de niño pequeño, se quitó el brazalete de capitán, lo tiró al suelo y pataleó como un colegial. Lo que no se esperaba es que en el último minuto de la primera parte iba a ser decisivo para que Portugal se pusiera por delante en el marcador.
Tanto psicológico que hundió a España
El gol de Martins fue decisivo. España necesitaba un motivo para evadirse del choque y lo tuvo con el tanto que nació tras un buen invento de Ronaldo ante Busquets y que Casillas tan sólo acertó a despejar al centro del área, circunstancia que el jugador del Benfica aprovechó al máximo, demostrando estar despierto, mientras que el resto de la defensa española se encontraba en el limbo. Lo más preocupante es que esta actitud se repitió en la segunda parte, con defensa y portero perdidos ante las acometidas de Nani, Almeida, Postiga o el que vistiera de blanco.
Daba lo mismo el jugador que fuera, porque la zaga española estaba fuera del partido, sin rumbo. Cada aparición cerca del área de Casillas era medio gol y así fueron cayendo hasta los cuatro que al final reflejó el marcador. Mucho se habló de la derrota en Buenos Aires, pero ante Argentina España peleó hasta el final, tuvo ocasiones y el fútbol fue injusto porque la campeona del mundo no mereció encajar tantos goles. Pero ante Portugal la historia ha sido diferente. Hasta que se recibió el primer gol la selección de Del Bosque mantuvo el tipo.
Xavi e Iniesta la 'tocaron' en un par de ocasiones y hasta Silva tuvo la ocasión más clara de todo el partido, pero tras el primer tanto del equipo de Paulo Bento, la comunicación se cortó. España decidió que el partido había terminado. En la segunda parte, nuevo gol nada más empezar y a partir de ese instante, ligeras intentonas de Torres y Llorente, pero el peligro llegaba en las contras de los portugueses. En ningún momento España supo parar esos contragolpes, que se vio superada por velocidad desde el primer al último minuto. En el cuatro a uno recibido en el Monumental, Del Bosque fue atacado porque no tiró de titulares y decidió sacar un equipo mixto de habituales y no.
Ante Portugal, el seleccionador tiró del once campeón del mundo, el de la final con la excepción del 'tocado' Pedro. Los jugadores no tienen excusa alguna en la que disculpar la derrota y deberían hacer un ejercicio de reflexión y volver a tomarse los partidos de la selección como tantas veces dicen, pero que en las dos últimas ocasiones no han cumplido: 'Con España no hay amistosos que valga'. Mentira, al menos por lo visto en Buenos Aires y Lisboa. Y es que la selección que luce la estrella en el pecho no puede recibir once goles en los últimos cuatro partidos, con dos derrotas incluidas. Piensen y no olviden lo que ganaron en julio en Sudáfrica. Merece la pena.
Ficha técnica:
4 - Portugal: Eduardo (Rui Patricio, m.46); Joao Pereira, Ricardo Carvalho (Pepe, m.46), Bruno Alves, Bosingwa; Carlos Martins (Manuel Fernandes, m.63), Raúl Meireles, Joao Moutinho; Cristiano Ronaldo (Danny, m.46), Nani (Paulo Machado, m.88) y Helder Postiga (Hugo Almeida, m.76).
0 - España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué (Marchena, m.46), Puyol (Arbeloa, m.73), Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Llorente, m.58); Xavi (Cesc, m.46), Iniesta (Cazorla, m.58), Villa (Torres, m.46); y Silva.
Goles: 1-0, M.45: Carlos Martins. 2-0, M.23: Hélder Postiga. 3-0, M.68: Hélder Postiga. 4-0, M.94: Hugo Almeida.
Fuente: elconfidencial.com